Lo más hermoso de la política es sin duda alguna el momento en que tus pares de militancia te eligen para representarlos en un cargo de relevancia pública. Y el punto culmine sucede cuando la gente, el votante, introduce en una urna tu lista, la que conformaste con amigos, con gente que comparte criterios y busca el mismo fin que uno. Se percibe en el aire de quien comparte ese momento de felicidad plena (la que no todos llegan a sentir) viendo caer una inmensa cantidad de sobres desbordantes de listas que llevan tu nombre.
Éxito, entusiasmo, algarabía; emociones comparables con pocas cosas en este mundo recorren por todo el cuerpo de “El Elegido” al darse cuenta que la gente comprendió su mensaje. A partir de allí el desafío comienza con dos caminos bien marcados: cumplir las promesas de campaña o bien transitar el camino del olvido con lo cual la sonsera será el común denominador de la gestión.
La contradicción fundamental será “el no debe (lo que no corresponde) contra el puede (hacer si todo pasa)”. Si esta última ganase, se cae en tomar decisiones en contra de tus principios y volverlo habitual. Para evitarlo es fundamental la honestidad intelectual, la cual debe quedar demostrada en los primeros pasos. La elección del candidato sin duda algunaes la primera. De nada sirve ser elegido por otros que no sean tus compañeros de militancia, los que te mantienen dentro de esa pirámide de ilusiones y sueños por cambiar y ordenar lo que uno ve desprolijo. Máxime si en el camino me desprendo de ellos porque no entiendo que sus críticas son constructiva y reposo sobre nuevos e inexpertos compañeros, que probablemente, no están a la altura de las circunstancias. Si ya en plena campaña vuelvo a dejar de lado los principios y recurro a la mentira con el fin de sumar, para lograr llegar a ser “El Elegido” evidentemente habría optado volcarme por un muy mal camino.
Es imposible para un profesional de las Ciencias Económicas analizar los ingresos del Club durante 10 años y tomar el valor del dólar estadounidense al día de hoy día. Por caso, algunos entenderán que algo así como 50 millones de dólares son poco más de 200 millones de pesos. Pero otros no, acompañados por hechos reales y comprobables. ¿Quién puede creer que el dólar en el año 2005 tenía el mismo valor que en este 2011? ¿Quién puede creer que los ingresos por televisación a manos de TyC durante dos décadas fueron iguales a los aportados hoy por Fútbol para Todos? ¿Quién puede dejar de recordar que el Club se presentó en convocatoria de acreedores porque debía más de 12 millones de dólares en 1998? ¿Quién puede ser tan olvidadizo de no reparar que además de una platea y un gimnasio cubierto (“tinglado” para otros) se realizaron las oficinas a nuevo? ¿Es errado recordar que se construyo un complejo médico y de preparación física, orgullo de todos los banfileños?. Los dormis que se terminaron en de Luís Guillón hoy en día gozan de muy buena salud, aunque no todos quieran llegar hasta el fondo del Campo de Deportes. ¿Está mal citar que se cambió a nuevo la cancha de hockey, con una inversión cercana al medio millón de dólares? ¿Quién no puede darse cuenta que se obtuvo el primer campeonato de la historia por el cual casi siempre será para los que mejor inviertan? Recorrimos todo América llevando en alto los colores de nuestro amado Club y, aunque para algunos les cueste creer, conseguimos un “nombre” en el exterior. Recordemos las críticas del año 1999 cuando nos decían que no nos olvidemos que esto era Banfield y que Silvio Marzolini era demasiado caro para nosotros. A Dios gracias, que nos iluminó y se realizó la mayor inversión en fútbol amateur que se tenga recuerdo en la historia del Club.
Demás está decir que hubo errores. Demás está decir que queda mucho por hacer. Demás está expresar que debemos comprometernos con un recambio generacional, pero debemos ser honestos y no tener dobles discursos. No se puede argumentar en reunión de Comisión Directiva, la primera después de renovar el poder y verse vencido, que una de las parte se autoproclama como nato opositor y no como representante de la minoría, lo que deriva en la negación a integrar gente en equipos de trabajo a las distintas subcomisiones. Qué extraño es haber presenciado afirmaciones acerca de la –también- negativa a participar de las decisiones que se tomen, mientras que hoy en día, contextuándolo con una nueva campaña electoral, se oigan quejas por no ser consultado, manifestando que las reuniones de Comisión Directiva son solo informativas.
La transparencia debe ser brindada por el oficialismo y exigida por todos los demás. Es obligación de la gestión ser transparentes, como también lo es de todos aquellos que pretenden ponerse al frente de un club. Por eso si de transparencia hablamos sería positivo que:
Las agrupaciones informen los montos erogados en el último año, incluyendo la fuente de financiación, porque vemos con suma preocupación que el sector opositor realizó una cantidad inmensa de gastos en este último tiempo. Nos atreveríamos a decir que nunca la suma de todos los sectores políticos juntos, en los últimos treinta años de historia del Club han gastado tanto dinero. Alivio y tranquilidad traería a la familia banfileña saber que los ingresos de todos los sectores políticos son producto de aportes de sus adherentes y no colaboraciones de empresarios del fútbol. No son pocos 10.000 libros para tan sólo transmitir ideas para una sociedad civil sin fines de lucro. Mucha plata, máxime si son entregados en los domicilios de cada socio. Contar 4 eventos sociales multitudinarios -a precios populares pero de género elitista- también generan gastos. Ni hablar si se percibe una partida de dinero, para que periodistas nacionales editorialicen en una web partidaria.
En función de todo lo expuesto, nos permitimos una humilde reflexión, conociendo la capacidad intelectual de gente que también defiende los mismos colores pero con otros ideales y perspectivas, indudablemente muy superior a la de muchos que transitamos la vida política del Club, con preparación universitaria de excelencia la cual debería alcanzar con creces para el objetivo final. ¿Es realmente necesario recurrir a inversores privados ajenos a nuestro Club? ¿Es necesario comprometernos con gente “Non Santa” en los negocios del fútbol?
Desde la convicción de conocer propuestas de inversores a diario y sabiendo que la aceptación de estos recursos implica condicionar la independencia necesaria para la mejor defensa de los intereses del Club, es que nos atrevemos a realizar la presente publicación, recordando permanentemente que nuestro querido “Gordo” Luis Garisto, siempre nos contaba que “jamás podría dirigir en el fútbol uruguayo por no pertenecer a la banda de Paco Casal”.
Innegablemente para las estrellas muchas veces es más fácil, pero los que “pateamos” la senda nacional y popular permanentemente recordamos que “cuando la dádiva es grande, hasta el santo desconfía”.
La década del ’90 nos enseño bastante a los argentinos: cómo se termina cuando se altera el orden de los intereses. En el momento de mayor debilidad, por no contar con recurso económico alguno, supimos sacar las fuerzas necesarias y rechazar la incursión del Grupo Económico Exxel, que tan mal le hizo al fútbol argentino. Por eso es importante evitar que en Banfield ingrese Paco Casal para que la historia no se vuelva a repetir; alcanza y basta con que sea representante de Diego De Souza. Tomemos los resguardos necesarios, por los antecedentes que figuran en Wikipedia. Allí no saltan buenas referencias: dice que le vende jugadores a sus equipos rivales y que se los lleva de los clubes sin los permisos de la Comisión Directiva. En Redópedia Wiki hace referencia a como destruyó el fútbol uruguayo y que gastó fortuna en la campaña de River a manos de Francescoli, parece que busca asociarse con algunos en todos los clubes, ¿tendrá algún objetivo específico? .
En la próxima campaña electoral, esta Agrupación no realizará agravios personales a ninguno de sus adversarios sino que solamente nos prestaremos al debate de ideas y proyectos, porque no nos parece correcto andar ventilando miserias humanas, tenemos debilidades y fortalezas, aciertos y errores y para nosotros el fin no justifica los medios. Por eso nos llama poderosamente la atención que una persona con estos antecedentes, que se codea con Silvio Berlusconi (Premier Italiano) y Massimo Moratti (presidente del Inter de Italia) y que se autoproclama “el hombre más rico de Uruguay” tenga firmes intenciones de entrar en Banfield. ¿Pudieron leer el libro “Yo Paco”?, nosotros aún no, pero según la página Terra, en el libro se lo define como “el hombre que transita al borde de la ilegalidad”, no sea cosa que por una pelea interna, caigamos en esto. Miren que este tipo es groso, no se anda con chiquitas y si hace pie en un Club como Banfield, vayan a saber donde terminamos.
Por ello y porque entendemos que la Agrupación El Taladro, aún tiene mucho más para darle a nuestro amado Banfield, reafirmamos nuestro compromiso a trabajar día a día, desde el lugar que nos toque ocupar, como lo venimos haciendo hace 36 años. Aprendiendo de los errores para corregir el presente, mirando el presente para soñar y sentar las bases firmes para un verdadero Club Atlético Banfield, Nacional y Popular, interpretando el sentir de la gente, pero por sobre todo sabiendo que somos uno de ellos, no claudicando nuestra pertenencia y luchando día a día contra los oportunistas de turno que nada tienen que ver con el verdadero sentir de la gente del Taladro.
Marcelo Martínez
Presidente Agrupación El Taladro
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